Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la gran obra.
Su https://marleygwxc845174.fare-blog.com/38858201/el-mundo-se-paralizó-por-el-cabezazo-de-zidane